miércoles, 21 de julio de 2021

Secretos


Junto a la nieve ardiente de un gris amanecer.
Invisibles nubes del océano y savia de las raíces.
Levantan mi oración a la sombra del papiro.
Garabatos sin forma, holograma del ruido.
Mi carne sale lentamente de los poemas.

En el silencio de un ídolo de luz
Que no pronuncia sus nombres
Soy un anciano juramento sin sacramento.

Alma arrastrada en histeria
Sorda por el zumbido del vacío.
Monocromo del río y de la ginebra.
Vestido de blanco con la tortilla negra.
Tráfico de una voz que detiene la cuna.
El quejido de un lamento interminable.
Que mitiga a la pluma intoxicada.

Cantante entre paredes de la luna
Prestidigitador de números con espíritu
El día que me amarraron al cielo solo pude ver humo.
En el trampolín al infinito en el que me quedé inmóvil.

Suspendido en el tiempo del calendario perdido.
Mi alma se congeló en un mimoso invierno.
Cuando el gris se amarraba.
A la oscura ciudad de cuervos.
narcótico de mi saludable primavera
Se fue un verano perseguido en su abundancia.

Caía en la tangible brisa prisionera
Hundido por la savia oscura y viscosa de una enredadera.
Que trepa bajo la simiente del día
Igual que el visaje láctico de una madre
O el grito avergonzado en la súplica de un padre.

Perdí el milagro en el argot católico.
Cuando el mal era la barrera
En la danza un zorzal herido.
Con alas que cantan
Las notas del desdén en la hierba.
La sombra de un reflejo falso
El todo en un suspiro de la inexistencia.

Maestro y aprendiz en la barca de una laguna
Cuando regresaba de todo
Rendidos por la acaricia del mar.
Sobre un claro de la luna.
Atravez de las gotas del llanto y las estatuas de sal.

Cronos nunca dio el paso más allá de las columnas.
Padrastro del olvido y la vigilia.
Replicar su rostro repungna.
Silencio del alma 
Caricia de una sombra entre las venas.

Madures que arruga el temple en la pelea
Lejos de una humanidad en su quimera.
Las palabras dejaron de ser silencios de sus signos
Realidades de la locura que al sabio entierran.
Símbolos que liberan la simbología y la verdad
Extintos asesinos de la salud espiritual.

Engaña con su confinamiento la lealtad
El sobrio beato de la inmoralidad y la pobreza
Silbido de las olas, silencio del renacer.
Maquinaria de olvido siempre serena.
Apesar de que te perdí
Final de una vida pura en decadencia
Escape de una luz ardiente del vitral
Confundir con un volcán a la montaña muerta.
Como el legislador que habla de justicia
Por delante tengo la sombra del barullo
El orden que encuentras en el ocaso.

La mediocridad  no vuelve a odiarme
La visión se aleja de la tierra
Con la superficie en equilibrio.

Se quiebra el trueno sobre un niño perdido
Sus sueños detenidos se liberan en sus juegos
Las huellas de el deambular insensible y contento.

Detiene la rueda del tiempo dejando mudo el portal
De un lado al otro es lo que importa
Siempre me deja solo en el va y ven de la escalera.
Atarse quiere mi alma al abismo de tu frontera
Cúmulo de huesos en la ignorancia oculta
Sentimiento puro contra el devenir.
Callar, ahogar, inmovilizar, hablar, amar y caer
Nunca serán versos del pasado efímero.

No hay comentarios: