viernes, 17 de diciembre de 2021

Costuras

Ondas finas y gruesas que se forman al caer sus lágrimas al agua.
llanto de un hombre que se levanta siendo un niño.
Rendido ante el océano.
Lleno de furia que se descarga.

Se arrastra 
Reptando por lo que eran las rejas de su guarida
Emerge de adentro hacía afuera.

Es como aterriza
Sobre ruidos que rozan los ríos.
Hilando el espacio entre las costuras sin agujeros.
Que se abren y cierran como los ojos heridos.
Las direcciones sin sentido

Ángulos sin esquinas
Con miradas bien abiertas y en línea
Dentro y fuera de las aristas
Como las notas del requiem de Mozart.
Certeza de un golpe de teclas
Que gritan al compositor.

A un lado de las copas rotas
De las cuales solo llevan el sabor del filo.
Libre en la lengua adormecida.
Por el contacto de la libertad del vino.

Verdades únicas
Que nunca serán el ungüento para el delirio.

sábado, 4 de diciembre de 2021

Ciclón

Vapor de la llovizna, al descubierto
Sobre mi espalda polvo de avenida larga.
Por un soplido del bosque
Corazón de lluvia evaporada.
En la llanura nevada.
Luz infinita , llanto violeta en la vereda inundada.
Consiente la vida se ahoga
Minutos antes del amanecer

Revienta la cola del cometa, chorrea su luz
Que moja las estrellas de fuego
El infinito astro se desangra
Era de la divinidad
Las piedras que se elevan a su constelación.
La luna es refugio
Centro del tiempo y la distancia
La vida y el sueño
De la mano agotan su verano.

viernes, 3 de diciembre de 2021

Levantaste el vuelo.

La tierra parió toda la vida
Los árboles flotantes y los colores vencidos.
Renació el vendaval de la luz
Los dioses de fuego emergen
Y los hombres despiertan en las ruinas

Tu también paríste en la noche
Sereno dolor que se reencuentra
La marea inquieta del ruido.
Los pesados años de lluvia
Valiente el masticar tu sombra en los reflejos

Te fuiste del crepúsculo restaurada
Recibiendo las piedras recubiertas
Anochecer del papiro y aterrizaje del día.

El agua removió y cambio las escrituras.


El país de los ricos.

El trovador es como el rey midas
Si no es el oro es el hambre
Lo que marca su camino
Solo se interesa por la respuesta de la urbe
Sin luna o con luna, las fronteras no son nada.
Invierno sólido en el panfleto
El todo se refugia en los halos de la noche.

¿Existe algo dentro de sus motivos?
¿Será que es su falso padre?
Cielos o montañas,
Los pájaros lo ignoran
Carnaval de ojos silenciosos.

Así fue que me rendí ante ella
En un puerto con aguas frías que era su figura.
Se ve lo negro de la tierra
Símbolos de desobediencia.
La partitura descubierta.

Con las copas en la mano.
Helena le recuerda y los ojos avanzan
En los versos sin sueños
Mapas perdidos en la suerte.

Todo es nada, las manos son oro.

jueves, 2 de diciembre de 2021

Aterrizaje

Entregaba el canto con agua incendiada.
Para entrar en la realidad que me empuja
En mi sangre la tempestad de las noches
Retenía la melodía como fotografías oxidadas.

Igual que las líneas de una montaña helada
El blanco de mis cuerdas que lloraban
En el portal de un sentimiento herido
La ráfaga húmeda de la poesía.

Vuelvo tras una tempestad de palabras
Para tu equilibrio ofendido por el suelo
Cuando existen las aves de fuego y cristales

Aunque hojas y plumas sean dientes
Como las mareas y las costas boreales
Gritan con el ruido y la ternura
Versos que busco y no encuentro
Palabras inquietas 
Sin ser, sin estar , desaparecidas.

A ras del suelo
Nunca llego ni estoy
Hasta el mar eléctrico de tus labios.

Torre de sal

Sueñas con el blanco
Montañas liquidas

Claridad oscura y volátil
En una noche
Encima de las hojas.

Caricia del viento a la sombra
Gotas de cristal

Llora el bosque en la ventana
El fuego impregnado
Noche, tambor y silbido.

miércoles, 1 de diciembre de 2021

En el hogar de tus pasos.

Desde allá
En el más acá
Lejos de el tiempo y el espacio.
Entre la ruta más pura
En la vereda de los caminos entrelazados

Te vas y vuelves 
De allá y de acá.
Tus manos revuelven las aguas
Y tus pies pisotean el mundo
Quebrando los puntos cardinales.
Cambiando las formas del rumbo.

El fuego del mundo.

Solo vez tu propia luz
Aún si una sombra te nombra
Pues la sombra acaricia a la luz
Miras a quien la ve
Rodeada de gente bajo lo iluminado
Hablando de la palidez
Apago a la oscuridad de la luna contaminada
Tierra de la multitud dormida.


Bullicio.

Con los ojos inmóviles
Halcón o águila
En la boca un eterno va y ven de sabores
Acusa a un espeso sentimiento

La sombra es castigada por los insectos.
Repelente visaje de lo tangible
Soplas a un más acá sin destino
Abierto el perfume de la luz
El salado néctar bullicioso hunde
El calor de tu piel al intemperie  
Despierta al desierto y a la espina de fuego
Ignorando que el odio es un sentimiento vivo
Numerología de la carne muerta.

El sueño


Esa silueta de luz
Me mira cuando duermo
Habla del ruido
Sonido de mi muerte
En mi alma la siento
Cuando las letras silban
Le contesto todo
Y su pregunta es la muerte
Huellas de sonidos
Resbalan por su espalda rugosa
Enredadas en mi pelo
Escalo el borde de su nube
Exhalo todo?
Levantándola del suelo
Sueño que caigo en su vacío
Y en la caída digo su nombre.


Junto al nicho.

Mujer que nunca estás sola
Imaginas el fin de las guerras en el calendario.
En un rincón de la escalera
La luz dibuja su geometría.
Avanzan las sombras
Cuando las cosas se convierten en recuerdos.
Ignoras los ruidos de la calle
En la punta de tus dedos despunta el alba
Cuando la noche se convierte en día
Y en el bosque un perdido 
Busca sentirse vivo.

martes, 30 de noviembre de 2021

Ojos de luna

El mar es una piedra de cristal
En las olas las mareas
Voz de los peces voladores
Miradas de invierno en sus orillas.

Descanso de las aguas moribundas
Susurran revolviéndose en las orillas
Como tus ojos, altares a la oscuridad
Fijos en mi mirada
Lunas del mar.

Diciembre.

Inmóvil, abierta
Canto al coro
Isla que me reclama
A gritos.
En la playa 
Soy grano de arena encendida
Acumulación y polvo 
En el arrabal.
Voy para encontrarme 
Con todo
Escuchar las alas
De un ave que despierta
El pueblo en su movimiento 
Frenético
Calles de fluido ardiente
Ventanas con ojos
Que me atestiguan.
Los secretos
Insípidos como las piedras 
Me persiguen siempre
A todas partes
En su río 
La mujer es mi destierro
Con sus matices
Se reconstruye.

martes, 9 de noviembre de 2021

Válvula de escape.

Cierro el libro de la vida
Donde se borran los días
En la inmovilidad de los ojos

Los pies remueven las arenas del tiempo
Se mojan con la misma agua.
Perdendo el frío con otro tipo de calor.
Y los ojos miran otro mundo de mi mundo.

Escape de mi mismo y
De la mentira de la claridad
Sin pruebas de las pistas de la luminosidad
Para escupir el tequila blanco
Y que me des tus manos para acariciarlas

En las pocas hojas de los días
Bajan las raíces de tus vestidos
Verdades de una flor.
Cuando cierras las manos
Las abres dentro de las mias
En las sillas rojas donde permaneces de pie
Para secarte los ojos

Las piedras de los pozos de mi sangre
Con la cara sin rostro
Quedando en medio de tus palabras sin sentido
Por qué los recuerdos me confunden
Al principio de mi muerte.

Amigo de nadie.

Hombre huraño ofrece vivienda 
Atiborrada de cachivaches
Sin plantas pero si con animales
Sin ningún tipo de aval.

En un poblado lejano y real
En donde los que hablan se quitan la máscara.
Donde las falsas palabras 
Nos allanan el camino
El cantinero solo tiene agua
Cuando uno busca entretenerse 
Se deja fumar en la barra 
Y olvidarse del teléfono.

En el jardín del vecino
El pasto siempre está más verde
Le veo y lo saludo con los dedos
Pero sin quitarme el sombrero.

Los amigos recuerdan lo que siempre pudimos ser 
Y en las reuniones 
El olvido está a la orden del día.
La muerte es alegre y dormida
Y los relojes saltan a las seis el fin de semana.
Cuando en los calendarios se cambian lo tiempos
Y en las direcciones se pierden los sentidos.
Árboles sin hojas y de ramas secas
Se ven empequeñecer en las plazas y los parques del poblado.
Y los trovadores solo cantan 
Sin intentar contar una verdad.

lunes, 8 de noviembre de 2021

Volver otra vez.

Para ti es esta agua sólida, escudo de fuego
Mi incipiente alegría.
Para reconstruir el mundo
Toda la humedad.
Todo lo herido
Para iniciar nada
Frío e iluminado, hielo sin escarcha
Encendido y ardiente. 
Nieve y agua fría
Tempano sin orillas
Congela el mar del suelo con granizo helado
Encima de la oscuridad que se levanta
En frondosas tundras. 

Familia polar que nos constituye
Mar de agua congelada de copas frías y hambrientas.
Fría emoción latente, nieve que sana
Frío constante que duele
Igual que la incipiente nube que desprende llamas
Escarcha como el cariño y las nubes
Sobre mi cabeza saneada  
Congelada fuera de la nieve ardiente
Nevera palpable y real.
Gélida como el gélido sueño.

Así vuela el viento junto a la vida
Con alas heladas en movimiento
Fría como la locura que te consume
Fría para ti mismo, frío que no quema
Cúmulo sin forma, hambre sin estómago
Para empezar de nuevo.
Universo herido , para poder volver.

Amanecer en un portal de la noche.

Conozco bien a los gatos que maullan bajo el claro de la luna.
Cómo hijos perdidos de la noche
Sus movimientos desequilibran la cordura
El desencanto de un hechizo en los rincones.
Se cuándo mis noches se despiertan
Sobre un mundo ahogado de locura
Escenario de cordura jugando a la cuerda floja
Como las tumbas sin epitafiods adornando los días sin flores.
Con los beatos de rodillas simulando el requiem de Beethoven. 
Se arrastran descalzos y a tirones
Hasta el final de un altar oscuro
Con la sonrisa desencajada por el amor a la sacristía.
Convertido el milagro en espejismo
Asustados por la ternura
Espesa como la leche de la amapola.

Inmóvil la piel unida a la estructura
Con huesos de papel humedecido.
Sin pétalos de una flor efímera
Con aroma a tierra del abismo.
Se rinde como un camión cargado de basura.
Ante la dolorosa curva de la cuesta arriba.
Rota por el pesar de viejos andares.

Así la Seiba llora con el aire que la intoxica
Delicada llovizna al principio del día
Cerca de los mares del sur
Ardiente y silencioso huracán de la isla
Arrancando la ventana de un drama de la vida
Mientras las patas de la fealdad 
Se acercan por detrás como un puma desde la altura
Llevándose los niños hasta la jungla triste
Destrozando los ropajes de lana voladora.

En ese callejón lejos de aquí.
Con el reflejo de su piel cercana y herida
Sube por tus piernas escalando como un poema
Al final de un corazón abierto.
Llega a la sima del monte de mi cuerpo
Un cuerpo que ensancha sus fronteras al sur.
Sin madre felina que de arrullo en la guarida. 
En el norte, casi en el sur y cerca del valle.

Alegría que en canciones suelta su lamento
Y la muerte se pasea con la barba crecida
Lejos del cielo y alimentándose 
Cómo los ojos que brillan con la lluvia del día.
Farolas bajo la oscuridad , gigantescas luciérnagas de la noche.
Cómo los brillantes ojos de la muerte.
Donde la sirena, el sultán y el adivino
Quedan detenidos sobre el suelo de barro
En la simiente ardiente que corroe las sillas
Y el metal oscuro de la escalera.
Así anida la silencios avispa
Persiguiendo el aroma de aserrín de la madera.
Aterrizan como espuma hasta el dulzor de la resina.
Que se inflama con el calor y la ventolera.
Mientras los cantores de la madrugada se callan con el silencio turbio del mediodía.
En el filo de la navaja que marida con los 
Vitrales
Después de la inercia del halcón y la paloma que huyen del día.
Pálido grito de un pinzón en la bahía.

Desconocida ofrenda bajo un altar de la abadía.
Cuando los dedos del jardinero se distraen
Aferrando la nocturnidad de un rosal en la enredadera.
El fino encuentro de la sangre y la riviera.

Santa dama justiciera, mariposa satisfecha
Parpadea en la ceguera de un árbol triste
Oculta del camaleón que espera el escandaloso ruido de un nacimiento.
El verde de los prados que ralentizan mis pinceles.
Aquí en donde termina la carretera
Donde crujen los barcos que se tambalean sobre el asfalto.
Raspan el suelo con la madera
Cómo un espectro en el horizonte de los glaciares.
Conozco bien a los gatos que maullan bajo el claro de la luna.

domingo, 7 de noviembre de 2021

El ave y la luna.

El final llega cuando caemos al abismo
La frágil y delgada vela en la noche
Con el alma flotando de silencio

Del estanque de la luna huyes
A besar por primera vez la oscuridad

En el cause del río del olvido
Ya no suena el tenue canto de la vida
Que nunca te llama dentro del bosque
Igual que un pájaro que vuela en un cielo sin aire.

sábado, 6 de noviembre de 2021

Desierto en el crepúsculo.

Baja es la arena en la orilla.
Honda es su circunferencia.
Arena aveces blanca y cayéndose de todo
Incontables y opacos cristales.
Aveces negra y oculta.

Arena al final de la vereda
Final después de más arena 
Arena vacía de arena.
 
Bautizando lo que se forma en la arena
La serpiente muda de la arena
Colmillos sordos de mil serpientes
En las mil lenguas de arena mil serpientes
Con el estómago encima de todo.

Desierto abrigado ebrio del oasis del desierto.
Altos los planetas con sus bajas estrellas
Prisionero negro de la libertad del arenal
Que en las constelaciones sin fronteras se condensa

¿ Que amnesia de los sueños libres
Apagan en tus labios sus negras aguas?
De mi te escapas mientras caes
Lejos de mi y de todo lo que nunca llega.

Horas que se queman o se evaporan
Horas que son desierto y desierto que es sol de fuego
Padre de la risa, minúsculo insecto herido
Horas que regurgitan los días.

Nuestras manos


Tus manos y mis manos juntas
Dos páginas de un libro
Cuando sus letras son nuestro universo.

Nuestras manos unidas 
Dos ríos que se encuentran
Y su cause es nuestro sentimiento.

Tus manos y las mias aferradas
Chocan como las nubes
Cuando los días se nublan.

Nuestras manos entrelazadas
Pueden ser como cuchillos
Y su filo nuestra tormenta.

Viejos ojos.




La niebla moja la niebla de tus ojos
Recoge lágrimas en lo húmedo de tus labios.
Congela tu cabello hasta los sentimientos
Y dentro del sentimiento tu historia.

La luz se desparrama cuando en tus manos anochece.
Cuando en la distancia no soy yo el que amanece.
Sólo aquel viejo que fui.
Sin saber cómo eran mis ojos abiertos
Marchandome para desconocerte.

viernes, 5 de noviembre de 2021

Escudo de piel.

Igual al desierto
Al fin de la soledad
Se aleja de las aguas del nacimiento
De los árboles y los monumentos.

En su jardin solo le da
El abnegado fruto
Escudo y castigo
Las soledad es desierto
Hermosa arena sin final para el refugio.

Los pilares.



Bailas al final de las hojas del viento
De puntas y con la espalda al mar
Por momentos te sigo veloz y valiente
Me acerco a tí, con notas sucias 
Con el mapa de tus símbolos.
Manchas en la sangre del los ríos.
El canto qué parte la tierra.

Vuelvo de las ramas secas intrincadas
De las cosas sólidas y densas.
Nube que sube y baja
Llevandote cerca de tí 
Avanzas sin moverte de la península
Sigues mar adentro
Entre las derivas revueltas
Recuerdos de un océano loco
Detenida sigo sin alcanzarte mientras tratas de extraviarte.
En la mareas que se enrollan y des enrrollan.
Una eternidad de la luna en el horizonte
Gema bruta que se apresura y
Se incrusta inmóvil 
Mar adentro en la búsqueda de un extraño.

martes, 2 de noviembre de 2021

El compañero.

Grito de fuego detrás de la cordillera
Luz de espadas en el agua
Avanza en la orilla
Los maestros despiertan, es de noche
Azúcar impregnado en los dedos
Endulzante de un hombre que sonríe
Nubes que cubren a un ave desesperada
Ocultan su voz ruidosa.
Reconstruye el día del maestro.
Recogida de arena en la vida.

lunes, 1 de noviembre de 2021

Padre de hielo.


Serena la sombra de la noche que se apaga.
Sobria en el crepúsculo de la ventana
Oscura como la ciruela dulce
Detenida entre la rama opaca.
Hilos con alma de luna.
Melodía de fruta plateada
Habla en silencio
Superficie que al océano libera
Sube como suben las tortugas con las mareas.
En las corrientes doradas de tu perfume
Inmóvil la nocturnidad de un dátil sobre la palma.
Hombre y semilla recogiendo el fruto del suelo.
Padre de la mujer y del todo.
Olvidando tu nombre en su despertar
Si el recuerda su suave sombra de navaja.


El vivo y la invencible.

Necesito tu silueta femenina.
En tu costado se escurre la nocturnidad de la noche.
Lejos del día y la profundidad de farolas
Caminante del crepúsculo sobrio y silencioso
Encima de la esencia aromática de tus piernas.
Entregado a lo dulce de tu tentación.

Aún con lo ligero de tus pétalos desconocidos.
En lo críptico de las gotas de lluvia en tus portales abiertos.
El placer que da la suavidad de las sábanas de cuna.
Cómo respirar bajo el agua en presencia de la quietud
Con forma de silencio añejo 
inerte insecto sobre las tablas del piso.
Arpa de timbres largos rebotando al ritmo de tu risa.
Mientras la fealdad se viste
Al son de un amor envalentonado por el descaro a la vida.
Paralelas a tus pechos como frutos de la virtud.
Sin ser viuda de este pájaro terrenal del universo.
Lento planeta congelando en su constelación. 

La visión.

Siente la humedad en la ciudad
A la luz del día.
Calles que se mueven hacia atrás
Para hallar salida.

Piedras que se parten al pisar
Como un juramento
Nudos deshaciéndose en el mar
Entre los lamentos

Deja que siga
Entorpeciendo tu ritual
Amontinando un corazón
Como cubriéndose de sal.

Vuelve al rincón alguna vez
Que nos llena fácil
Quema los balcones de papel
Cuando duerma el día.

Llena la vida
Deja las horas despertar
Como si fueran a caer
Dejando pistas en el mar.

Una visión alrevez que no dice nada.
 

Tres lunas.

Son tres lunas en una sola baraja
Dos de fuego y una de plata.
De la gitana la mirada es ciega
Como el blanco de la estrella
Y la profundidad del universo.

Me regala esperanza y miedo
Y la abrazo y Bebo
Calentando mi motor
Con el brío del fuego.

Hoja con alma.

La inmovilidad reconstruye las hojas gruesas como morcillas.
Debajo de la silla sin patas
La mesa pública de un sol que oscurece
Un alfabético mordisco de dos almas
En la parte más baja del suelo.

sábado, 21 de agosto de 2021

La inercia.

Me veo caer en la oscuridad de la luz
Y me da miedo morir en el verano.

Ni las aves del infinito con toda su velocidad pueden encontrar mi nombre
En la nueva necesidad de mis latidos
Entre las ramas de un huracán invernal.
Con la virtud natural de las mareas

Muy por encima del flujo boreal de las  ballenas.
Sólo sigo las marcas de mi nombre
Sellados en la frente de un loco sin luna
Como un sueño que me imagina.

Demasiado lento como para correr.

Me voy 
Entre todos vendieron mi suerte
Y tú avanzas con tu barca flotando
Con tu corazón de niña al horizonte.

viernes, 20 de agosto de 2021

El cisne.

Se mueve el cisne en la quietud de su laguna.
Y las promesas se hunden en el ondular 
De sus aguas
Con el peso de una mirada
La noche en que descubre su mentira.

La realidad

Todos los colores se borran en silencio
Distraídos e inmóviles.
Abro los ojos y despierto a la sobriedad.
Como un santo sin devoción.

Las cosas se rompen y dejan de existir.
Se mueren los sueños olvidados en las horas

El mundo se oscurece y pierde su forma
La magia se diluye cual tinta en el agua.

Desaparece la existencia cuando sale la luna
Suelto las palabras que arderán sobre mi tumba.

El balcón.

Quisiera poder darte un petate con hilos de plata.
Y alcanzarte en la altura.
Escuchar el final de tu orquesta.
Romper el sello que cierran tus postales

Verte bien.
Como cuando me miras desde arriba.

Quisiera poder expulsar al poeta
Que salga por la puerta sin ventanas
También a las recetas 
Para envenenar a otra alma con cristales
Para vivir sin tiempo en los calendarios.

No quiero ganarle al viento
Sin impedir que atraviese tu alma
Sin olvidar su aroma y sonido.
Ese de los bosques olvidados
En el que se guardan los silencios.

miércoles, 4 de agosto de 2021

El país del todavía.

El zaguán a la orilla del precipicio.
Luna estrellada de signos.
Círculos que equilibran el mundo
Piedra y papel de las verdades
Diccionario de letras rotas
Cerro de las deidades ocultas
Y cabellos de escarcha.
Sangre de arena.

Descifrando el laberinto
Ciudad de silencios y aurora boreal
Salto del león sobre la mesa
El tridente de los océanos
La sal sobre la herida.
Un lamento encima de un mostrador.

Lobos y chacales al principio del génesis 
Se mueven por encima de los templos hundidos
Sobre las venas de sus tubos oxidados
Muros desgastados por el huracán ladrillos devorados por el tiempo.
Bajo la rueda del viento sangra a su paso.
Una reverencia por el arrepentimiento
Una estrella para subir al infierno
El rito de la carne y los sentidos
Un grito en la humedad de su latido
Un símbolo forjado con acero.


Signos de cal en carne viva.
En una iglesia que ha perdido la fe
Torres góticas y ceremoniales
En la cumbre  de un faro furioso
Destellando sobre las copas y las llanuras.
La ternura de un niño y un preso
Con rostro de hombre cualquiera
Lleno el altar del brujo
De ira, madera y calaveras.
La fiesta de la casa en llamas y
Suelos llenos de anís.

Deidad sobre las nubes
Abrazo del viento humedeciendo escalones..
El recuerdo abrillanta las piedras
El alba arrulla a los pirómanos
Hombres que se revuelcan en la ceniza
Recogiendo el fango y el lodo.
Ojos que desprenden la llamarada
Ahogada por un verso
Ciclón de arena los edificios
Lenguas sangre en el océano
Lenguas de sangre bajo el portal.

irreal

Sólo un círculo en el suelo para desenterrar el fruto.
Se ve que existió una flor incandescente.
Como una malla con hilos de fuego.
Antiguo elixir para el despertar de los sentidos.
Horizontales líneas de neón en una línea de la carretera.
El florecimiento de una mente 
Con un alma de soga y nudo.

Las baldosas reciben la lluvia de hojas de la higuera
La vida con traje y corbata  recién arreglada para sorprender al mundo.
Olvida que la ignorancia sacude los cuatro sellos del templo.
Y las hadas sercrifican sus alas por un dios del ocaso al inframundo.

La travesía en una oda florida en la sangre
Luna del todo.. en un puerto de humo y alquitrán.
Delimitado por el reflejo de los amarres de azufre.

¿Ya solo queda el impacto al final de la caída?
Solo espero la ráfaga centrífuga.
Y el discurso fúnebre de mis enemigos.

lunes, 2 de agosto de 2021

El día que regreses.

Mañana tendré que soltar el lastre
Miraré las estrellas
Para escapar de mi cuerpo
Salirme del camino
Iniciar una vereda
Alguna visión
Saber que nada será lo mismo
La gente, los mapas y el río.
Olvidándote.

Llegaré hasta ti.
Atravez de los días
Convirtiéndote en recuerdos
El ayer en silencio saludando a la vida
Nunca sabré lo que sientes
Pero te sentiré en todas partes
Aunque no te encuentre
Seguiré tú respiración.
Sin ti mañana.

No pediré ni una victoria
La felicidad será mi ignorancia.
Ni el olvido de las vicisitudes de los días.
Largos y simples
Acumulados uno sobre otros.
Tirando de tus manos
Tan solo soñando 
Nocturnos y sin sueño
Iguales y diferentes.

La razón tiene filo
Algún día llegaré
Tocaré tu sombra
Para rejuvenecer
Inocente
Al mirarte
Inmóvil
En el sonido del viento
Como la esfinge bajo la arena
Un planeta sin luna
Sin luz.

jueves, 29 de julio de 2021

Historia.

La sombra detenida
Con la carne y los huesos felices y bien atentos.
El amanecer rejuvenece
Para sus manos y sus pies
La tierra y las piedras
Gritan de cerca vivas
A tu recuerdo familiar.

Nadie habla de la vejez
Si la muerte se desnuda
Con el pasado en el que de niños
Trajeron los recuerdos.
Desenterrando los lamentos
Asustados pero firmes 
Llegando a la suerte.

Todos abrazando a sus ídolos
Reductos de un presente
Se crean y se destruyen
Para así desordenar su final.
De los ojos retiran los talismanes
Dedos cortos que sostienen los grilletes
Anillos, signos y huellas.

Rastro


Tú sigues mi rastro
Aunque cambie el tono de la arena
Aveces sucia y en ocaciones fresca.
El rumbo de una grieta o el cúmulo de una  orilla.

Tú sigues mi rastro 
Sin saber a dónde te diriges
Observando el destino del agua
Real e imaginario
Entre cortinas y rejas
Los rumbos que caminas
Sin principio o procedencia.

Al seguir mi rastro
Aveces vas a trompicones
Sin saber que voy perdido
En los secretos del rumbo
Al seguirme
Lágrimas en tu rostro
Duras pero indefensas
Como alguien que avanza

Al seguir mis pasos
Vas rosando la rigidez de los matorrales
Secos y ásperos
También toque sus tallos
Para acostarte en la oscuridad de la noche.

miércoles, 28 de julio de 2021

El vals.

Vienes siguiendo la marea
Los ojos de la locura te persiguen
La voz de los escalones que crujen
Silencioso pilar en llamas

Ciego ante la luna iluminada
Reflejo nomada del día
Elevación de la noche que suspira
Padre de una comedia a media runa
Siempre subes en la caída escandalosa.  

Escuchas a la música que es algo serio
Sonará mañana 
Con el cambio de las notas en su tobogán

Vienes para alargar la poesía
Ves como se transforma
Fuera de su sitio las gotas de lluvia.
Desnudas cual cascada de viento
De pie frente al invierno.

Claridad abrazando un sortilegio 
Partituras regadas en el suelo
Observa : la cábala,  el aro de fuego
La mar es de un verde muy oxidado

¿ Vienes?

Géminis.

Bipolar ladrón del sacramento
Con la histeria por escribir palabras de fuego
De espaldas al viento.
Lágrimas de ciego que estallan en las páginas del cielo.
A contra corriente del mundo
Alimentado solamente por los rayos de luz que encienden sus pestañas.
Varón que araña las mañanas
Desgarrando el sueño más profundo.

miércoles, 21 de julio de 2021

Secretos


Junto a la nieve ardiente de un gris amanecer.
Invisibles nubes del océano y savia de las raíces.
Levantan mi oración a la sombra del papiro.
Garabatos sin forma, holograma del ruido.
Mi carne sale lentamente de los poemas.

En el silencio de un ídolo de luz
Que no pronuncia sus nombres
Soy un anciano juramento sin sacramento.

Alma arrastrada en histeria
Sorda por el zumbido del vacío.
Monocromo del río y de la ginebra.
Vestido de blanco con la tortilla negra.
Tráfico de una voz que detiene la cuna.
El quejido de un lamento interminable.
Que mitiga a la pluma intoxicada.

Cantante entre paredes de la luna
Prestidigitador de números con espíritu
El día que me amarraron al cielo solo pude ver humo.
En el trampolín al infinito en el que me quedé inmóvil.

Suspendido en el tiempo del calendario perdido.
Mi alma se congeló en un mimoso invierno.
Cuando el gris se amarraba.
A la oscura ciudad de cuervos.
narcótico de mi saludable primavera
Se fue un verano perseguido en su abundancia.

Caía en la tangible brisa prisionera
Hundido por la savia oscura y viscosa de una enredadera.
Que trepa bajo la simiente del día
Igual que el visaje láctico de una madre
O el grito avergonzado en la súplica de un padre.

Perdí el milagro en el argot católico.
Cuando el mal era la barrera
En la danza un zorzal herido.
Con alas que cantan
Las notas del desdén en la hierba.
La sombra de un reflejo falso
El todo en un suspiro de la inexistencia.

Maestro y aprendiz en la barca de una laguna
Cuando regresaba de todo
Rendidos por la acaricia del mar.
Sobre un claro de la luna.
Atravez de las gotas del llanto y las estatuas de sal.

Cronos nunca dio el paso más allá de las columnas.
Padrastro del olvido y la vigilia.
Replicar su rostro repungna.
Silencio del alma 
Caricia de una sombra entre las venas.

Madures que arruga el temple en la pelea
Lejos de una humanidad en su quimera.
Las palabras dejaron de ser silencios de sus signos
Realidades de la locura que al sabio entierran.
Símbolos que liberan la simbología y la verdad
Extintos asesinos de la salud espiritual.

Engaña con su confinamiento la lealtad
El sobrio beato de la inmoralidad y la pobreza
Silbido de las olas, silencio del renacer.
Maquinaria de olvido siempre serena.
Apesar de que te perdí
Final de una vida pura en decadencia
Escape de una luz ardiente del vitral
Confundir con un volcán a la montaña muerta.
Como el legislador que habla de justicia
Por delante tengo la sombra del barullo
El orden que encuentras en el ocaso.

La mediocridad  no vuelve a odiarme
La visión se aleja de la tierra
Con la superficie en equilibrio.

Se quiebra el trueno sobre un niño perdido
Sus sueños detenidos se liberan en sus juegos
Las huellas de el deambular insensible y contento.

Detiene la rueda del tiempo dejando mudo el portal
De un lado al otro es lo que importa
Siempre me deja solo en el va y ven de la escalera.
Atarse quiere mi alma al abismo de tu frontera
Cúmulo de huesos en la ignorancia oculta
Sentimiento puro contra el devenir.
Callar, ahogar, inmovilizar, hablar, amar y caer
Nunca serán versos del pasado efímero.

El día de tu ira.

Congelando la escarcha y expuesto
Con tu mirada construida con piezas de un laberinto.
Por una ráfaga de fuego:  Corazón de hielo y oscuridad en la Abadía.
Silencio en una luz ilimitada
Voz de oscuridad en un pasillo encendido.
Sobria la vida se libera
A las seis y media de la tarde.

Implosión en la cola de la tinta.
Borbotones de palabras empapadas en 
Lo efímero de una certeza irrefutable.
Horas a la inmovilidad.
Ningún templo que se subleva recibe castigo.
El monumento es tu guarida
Confrontación entre los muros
Profundidad en las horas y los días.
Anti Natura y el olvido
Asimetría del aire sin tiempo.

miércoles, 14 de julio de 2021

Yucatán.

Esa tierra quemante me olvida
Hablarle con hambre desde la altura
En el agua un complaciente lirio
Me oculta los símbolos de su bandera.
Ruido silencioso como la lanza
Al sumergirse en la arena opaca
Navega en el escalón con el timón inquebrantable.
Rumbo a la simple luna sombra de la frontera.
No se quedará el sur en la ventana
De un mundo preciso de luz
Se quedará el norte para adormecer te.
Si la suerte de la noche es impura 
Juego con el olvido simple.
Si el agua tiene que ser regalada.

Tributo

Tu boca manchada una noche de calor envejecido.
El primer signo de una gota sólida.
Bajo las fichas de la luna y los infortunios
La negra imaginación sobre la noche blanca.
Manada de lobos rendidos atravesando  la guarida
Vomitando aullidos del agua y de vino.
Idioma de colmillos blancos y ritmos públicos.
Inmóviles en el ojo de agua de la inocente diosa.


Transeúnte.

Tu movimiento es como la espuma 
Se pasea entre las olas y se pega a la arena.
En ocaciones se reboza de las botellas
Y se queda detenida cambiando de color de las piedras
Me inclino ante tu efervescencia
Y la recojo con mis manos tristes 
Tratando de contener tu efímero deambular.
Pero no me cabes y te caes
Y también desapareces.
Tu movimiento es impredecible
Como el polen en el aire
Como el baile de las mareas.
Como la inmensidad en el vacío.
Y yo cansado de ser solo un figurante
Me estiro para alcanzarte pero caigo en la locura.

viernes, 25 de junio de 2021

Íntima


Eres mi sueño
Los ojos de la juventud y la vejez
La danza y las partículas
Balanceándose como un barco en el horizonte.
A la deriva  improvisada.

Eres tú la que deslizas tus pasos entre mis hojas secas
La bailarina sobre las líneas de mis panfletos?
Y que además me persigue.


Florecimiento.

La primavera aclara los sentimientos
Recoge los cristales sobre la luna.
Y la vida del nopal y del agave.
Se dispersan en las arenas del desierto.

Una flor de hielo que persigue el fuego
Reloj desfasado con la sombrilla
Que se despide tristemente del arrebol. 
Con los aromas que suelta el viento.

La rama herida y el alcohol agotado
Abandonan el camino empedrado
Sedentarismo en movimiento abandonado.

La primavera brilla 
Cuando todo nace a borbotones
Puchero de un sentimiento que se queda.

Tu Sombra

Vístete como la montaña
Levanta los ojos
Hacia el techo de flores
Que se mueven con el aire del verano.

Aroma que impregna la habitación iluminada.
Ventanas abiertas al mar 
Sostienen el reflejo de tu cintura.
Rayo de luz que se disimula en el espejo.
Como las mariposas de fuego.
Verte quiero en el rincón deshabilitado
Abiertas las rejas al orificio
Atraídas a las horas del maleficio
Siendo un alma sostenida a tu lado.

Sombras de un planeta verdadero
Árboles colgando desde el suelo
Tratando de encender el cielo.
Desde la orilla suelta las silla
Se diluye una gota en la enredadera
Subiendo hasta la copa helada
Olvidando el bosque en el camino.
Levanta el vuelo la esperanza
Hasta la punta de tu espalda
Vuela el colibrí herido.

sábado, 22 de mayo de 2021

Geroglifica.

Una mujer que inscripta un nombre en las sombras.
Ajena a los éxodos de las hojas al amanecer.
Del fruto de sus signos en la palabra desangrada.

Una mujer que suelta los días en las estaciones.
En las sábanas blancas que descansan bajo los naranjos.
En los días de invierno se enfría bajo las  buganvilias.

Una mujer que oculta el sol con sus manos.
Encendidas en la noche y en los caminos de fuego.
Se alimenta de sus sentimientos.
Viejos pasos en jóvenes vivos.

Una mujer triste ante la luna que se desangra.
Los dedos encendidos y las lágrimas de resina. 
Piedras frías y círculos de ceniza.

Una mujer dormida que sueña contando  planetas.
Ardientes calendarios que cambian los tiempos.
Un cuerpo frío a orillas de la carretera. 

Una mujer que elije seguir a su rey.
Sin castillos que lo hagan soberano.
Se inclina ante la rotación de su zodíaco.

Una mujer que nada en el viento.
Siguiendo la formula de su receta milenaria.
Ritual para la lluvia que le libera.

Una pálida mujer hermana mayor para los peces.
Madre alegre de las serpientes
Triste y distraído ojo de un camaleón.

Una mujer en línea con la melancolía
Conectando estrellas que iluminan la ciudad.
Regalado sortilegios.

Una mujer inmersa en el que hacer de las días.
En la imaginación de los niños escondidos.
Sorprendidos por los algún dinosaurio.

Una mujer deprimida y moderna pensadora.
Única cifra en sus números giratorios.
Gigantescas migajas de sus manos.

Una mujer que culmina la escalada en un intento.
Sigue los pasos de sus maestros.
Camino vertical hacia tu monumento.

Una mujer tirando del sueño hacia la selva.
Siete sellos que muestran su reflejo.
Escupe flores mojando talismanes.

Una mujer desnuda ( también sin ropa )
Retoma su rumbo soltando sus alas.
Sube hasta la oscuridad tangible.
A un país de recuerdos con el alma siempre blanca.

Una mujer marcada por la veleta del tiempo.
Lanza de fuego que marca los caminos
Repele los magnetismos con el frío de la aurora.


sábado, 15 de mayo de 2021

Arrullo.

Es común habitar entre tus brazos.
Universo horizontal que me balancea.
Aire de un monzón alineádo con la vida.
Fiebre del despertar rodeado de cosas comunes.
Baja es la intensidad de tu voz cuando me cantas.
Silencios celosos de la primavera.
Reflejos de una luna en tu Alameda.
Como acertijo eterno y sin palabras.
Exilio afanoso es tu mirada.
Alabanza a la diosa de tu nombre
Reso de un hombre, y el aroma de una mujer.
Al compás de un ritmo vestigial.
Donde la luna es un astro racional.
En línea con las cuerdas que te iluminan.


Travesuras.

Todavía vive en mí ese niño travieso
Con los pantalones rotos y las manos sucias.
Que juega en el suelo de los rincones 
A los magos y a las brujas.
Espontáneo y sin invitación aparece
Entre las sombras del dia
Contemplando desde su luminaria.
Lejos como la risa de la niñez.
Todavía sigue en mi interior el niño
Indefenso e impertinente.
El infante colorido
Que corre entre los policromos de los jardines.
Soltando grillos blancos bajo la tierra o sobre el agua.
Libre de culpa por las transgresiones. 
Pugna en mi interior la infancia solitaria y triste
Airado por la frustración de las indecisiones.
sonríe hipócritamente ante el apretón de sus mejillas
Avisando de su escapada para rasparce las rodillas.
Impasible por sus fechorías 
A la merced de la liendre inminente

Musa

Palabras que te miran.
Aunque caes no te pierdes entre las hojas
Hojas que se arrastran como todo sin saberlo.
Sin querer flores vacíos están tus tiestos de pétalos
Respirando para detener el tiempo
Para que no esperes el florecimiento.

Palabras que te tienen compación
Tu alma múltiple que en todo se deforma.
Ya que eres reciclable desde afuera hacia adentro.

lunes, 19 de abril de 2021

Ruta fantasma.





En una estación sin pueblo hizo el tren su última parada.
Luego siguió atravesando las bananeras para desaparecer entre su follaje.
No hay más que caminos entre la maleza ruidosa y exuberante.
El calor que ahoga el silencio
El sol desintegra mi sombra
Sombra que ya no camina 
Vereda que no termina.
Sigo la ruta pero solo hay camino. Nubes que vibran sobre mi cabeza 
Anunciando mi llegada a un lugar donde nadie me espera.
No hay tropiezos pero me lleno de abrojos.
Caricias de las espinas sin flores
Desbocado el silencio que grita.
Giro en una esquina pero la ruta se alarga.
Encuentro conmigo mismo
Diálogo del espejismo
Pisadas rotas y viento en la loma
Me pregunto si sueño 
O si solo estoy vivo.
Pero nada ni nadie 
Sólo el viento que siempre viaja.



miércoles, 14 de abril de 2021

Los amantes.

El y Ella son libres
Por el amor de un ángel que enseña la cara.
Danzando sobre un mar de hielo
Expuestos en el pecho de una tierra virgen.
El y Ella nunca bendecidos
Por aquel sortilegio bien conocido
Respirando y olvidando a la muerte
Con los pies descalzos.
Viajeros con relojes de arena sobre el desierto.
Largo día implacable que los libera.
Les desata las manos sin enloquecerlos.
Vuelan despiertos al frágil nicho
Y la luna su luz afilada arrebata.
Con la forma del horizonte se delata.

jueves, 8 de abril de 2021

Vigía

Un trozo de carne inmóvil por la disnea
Baja la espalda encendida.
La fuerza de la estrella iluminada en su dirección.
Estrella lejana y adolorida.
Cuyo reflejo se endurece en tu corazón.
Negro aceite que se escurre en las cortinas
Salada lejanía de tu cuerpo
Hasta dónde ancla su quilla en tus arenas.
Cubierta la luna por lágrimas de la duna.
Encima de una piedra enterrada en la cuna.
Mirando al vigía.
En la sombra proyectaba su rostro
Intenso gemido de un águila triste
Te encuentra en la ráfaga de un sueño
Temblando de frío como las sábanas 
Bajo la lluvia.
Abriendo las manos y flotando en el tiempo.

martes, 6 de abril de 2021

Un sol para verte.

¿Qué es esta certeza de venir a perderte? 

Aunque nada me cueste nunca dejo 
De extraviarte.
La ternura imparable que nunca me olvida
Con tanta alegría que jamás te ordena perderás la locura en tu orgullo.
Encontrarla termina con la absolución

Tal vez deje de ser ciego para verte.
Sol que estás en movimiento.
Atravez de las carreteras con pocas luces
El futuro será lo poco que ganarás.

Y si en el pasado me precipité al abismo
Fue con la intención de olvidar que estaba ausente.
Por qué andando en el presente se hace el camino.

Así se le discute al destino
Qué no volverá al cielo agreste
Conocida enemiga
No puede guiar su rastro.
Qué no da consigo.
Separándose en el desierto
Atados a la tundra inquebrantable
Destino lineal a lo que es finito y
Repleto de silencios.



Poemas del cielo.

Lo que un día fue ya lo ha sido
Siempre será como fue vivido.
Un simple mortal en abundancia que a abandonado la importancia de lo ficticio en el camino.
La insensibilidad siempre viva
Revela el sueño más olvidado
Para que el dolor más despistado
Siempre pueda alcanzar al realizado.
Un recuerdo perdido
Fácil y fácil de terminar
Con el júbilo de la victoria
Cuando se desvanece de la memoria renovada
La lúcida inercia de morir
Sobre la floreciente oferta que siempre ha resistido.

lunes, 22 de marzo de 2021

Eclipse.

No sé si eres mi eclipse
Realidad que juega con la penumbra.

La boca seca de la fantasia
Debajo de tus silencios y tus risas.

Luna que mata con su silencio
Con la nueva boleadora de tu cariño

No sé si eres mi eclipse
Ruidoso detrás de tu inmensa nobleza

La respuesta del vacío
Ante el claro oscuro de tu reflejo.

Doña nuit.


Indiferente la oscuridad de la noche brilla.
Sobria por las sombras que se enredan en sus brazos
Ruidos en la nocturnidad dulce y transparente
Cerrando el camino entre la bruma y la espuma.
Sangre de un sol y de una luna.
Música para las gotas plateadas
En un silencio de abajo.
Fuera del suelo que deja a su suerte.
Y se eleva como un fantasma que sube la escalera.
Como el hilo de luz en la enredadera.
Tirando la semilla al fuego.
Diosa de todo y de nada
Qué escupe mi sangre en su sueño
Cuando recuerda su suave sombra en la lanza.

Juicio al desnudo.

Si fuésemos juzgados por el pensamiento
No existirían los inocentes
El baúl de cristal quedaria al descubierto.
Para los mirones que solo ven 
Lo que es indecente
Los que buscan oscurecer la luz
Y apretujar la herida.
Saboreandola como alimento tibio, fresco y pertinente

Nuestros jueces en vida
No entienden de empatía y
crean su propia historia, cantandola a coro.
La fusión de sus voces en armonía tiene los codos sobre la mesa
Y la boca desafinada.
Descomponen la figura de las letras
Sabiendo que están equivocadas 
Y vuelven a casa llenos de orgullo.

¿Cuantos caminos hay que recorrer para encontrar la guarida?
¿Cuantas vueltas hay que dar para saber qué estamos perdidos?

imposible volar en un cielo contaminado
Lleno de aves que amas
Con las alas rotas

Pero  yo sigo saltando en el aire
Con una mochila de joyas vacías.

Infantil.

Los niños siempre aman
Con un solo corazón abrazan.
Cálido refugio son sus manos
Que aunque están ausentes siguen haciendo sudar el corazón y la frente.

El sol encuentra su blanca sonrisa
En un juramento que los define por sus saltos sobre la hierba.
Pequeños seres de luz que son el mar
Donde navegamos hacia un deseo eterno
Guardando su infantil secreto.
Los niños son el cielo que no necesita aterrizar.


Páginas de fuego.

Tirar las letras al suelo.
Extraño pasatiempo
Cierra con una añeja palabra la cicatriz del verso.
Con nieve que el relato cubre.

Cuando la tinta sude soltara su llanto.
Un niño que empuja en silencio la puerta.
Invita a cruzar el laberinto
Lejos de las esquinas
Mudo en su lamento.

Alma de la imagen y del sonido del mar
Cuando el gigante parece dormido.
Perdiendo la cordura en el cielo.

Ahora el hombre repara el suelo con hilos de su sangre
Aura de su cuerpo inanimado.
Qué devuelve el grito del panfleto.

La estancia.



Me quedo para no formar parte de nada
Para que el corazón se amarre como una sombra.
Un instante de quietud.
Entierro de un cerebro muy oxidado y
poco fertilizado para la tierra.

Lunes por la mañana
Que nadie me ayude con el caluroso viaje hacia el desierto.
Soy un solista en su comedia que desafina en el canto.
No hace falta que las marcas del dolor queden inmóviles.
Pues al interperie un silencio se reconstruye.

Soy padre de la inercia
Maleficio en equilibrio con la precariedad.
Puritano en excomunión del dolor y locura.
Del dragón del odio soy procreador 
Por qué no soy del fuego que consume y purifica un secreto.

jueves, 18 de marzo de 2021

Introspección.

Se que estoy soñando
Algo me lo dice desde mis adentros.
Soy la víctima pero también el asesino.
Nacimiento y muerte en el mismo camino.
Puente de sangre sobre ríos de huesos
Perdidos en el crucé mi pensamiento.
El sonido de mis sesos palpitaba
Recogo del suelo un sentimiento
Escuchando un fuego que se ahoga.
Se que es un sueño.
En la caída libre al inframundo.
Respirando con miedo el líquido 
Qué se queda contenido en tus ojos.

Predicciones del presente.



Uno de estos días el sol se apagará
Ese astro que nos presta su calor.
Será el final de el cuento.

Las piedras cambiaran su color
La luna quedará sola y confundida.
El giro de su órbita perderá el sentido.

Nada habrá servido para nada.
La eternidad de nuestro tiempo quedará detenida.
Sin el hoy o el mañana
Sin necesidad ni abundancia

La vida será muerte
La muerte será por siempre.
Ahora, antes y después.

Política.

En la cámara alta de solemne arquitectura.
La lengua del beato se afila.
Estampa su ira en la dualidad de su quimera.
Y sus atiborrados jueces dignifican la
fe en sus impolutas sotanas.

La verdad cae de rodillas.
amordazada proyecta una sombra blanca en la memoria.
Sin nadie para defenderla
Sin nadie para liberarla.

Esas mujeres y hombres que 
Representan a las mayorías.
Mantienen un pulso con la soberanía.
Tienen las palmas manchadas pero
respiran por la superficie del mundo.
Y lo hacen a toda velocidad.

El palacio los recibe bajo las garras de dos leónes que controlan el mundo.
Símbolo de poder y de orgullo.
Pero: ¿quién dignifica semejante verdad?
Cuanto tiempo ha de expandirse 
Para representarse al fin como elegidos.

¿Quién abrirá la celdas para liberar el resplandor de la justicia y el bienestar social?
¿Quién hablará del futuro?

Refugio.



Mi ciudad eres tú.
Camino sobre tus calles llenas de castillos
Por tus puentes de fuego que siempre están abiertos.
Encima de los ríos que fluyen como el tiempo
Soy un habitante libre y bien cuidado
Bajo el techo de tu cálido abrigo
Viviendo en altos edificios de polvo
Como golondrinas de plumas azules.
Intérpretes de un canto diferente
Lenguaje del viento
Eres mi ciudad flotante 
Con torres de sal y un
idioma de signos en el viento que se persigue sin poder alcanzar la idea.
Tu bandera se puede ver desde el mar 
Con el escudo del venado herido.
Casi hundido en un pozo de la noche.

miércoles, 17 de marzo de 2021

La salud.



Lo ves?
Este hombre viejo 
Con el cuerpo seco y tambaleante
Con las piernas frágiles sobre la tierra 
Filtrándose en las piedras.

Se desploma sin fuerza en el aire
Sin el impulso del viento.

También se unifica y rejuvenece
Atrapando antiguos pasos que se dirigen a un solo destino.

Suelta sus semillas y se hincha hasta expandirse en una.
Estira sus brazos libres y maleables
Como hilos interiores.

Instrumento.

Guitarra para cuatro manos
Al ritmo del movimiento.
Escaleras del palo de rosa entorchadas a tus cuerdas intestinales gruesas y finas.

Truenos contra las tormentas
Luz y sonidos en el viento.
Al compás del baile en la enredadera
Manos de veinte uñas sobre tus piernas
Notas contra silencios 
Altas y bajas subiendo la vereda
Rebotando en el tiempo.

Ensamble a cuatro manos la guitarra
Destreza contra velocidad
Escenario con peldaños de tierra
Largos y cortos en su eternidad.

Tobogán de luz trenzando la soledad y la alegría
Inmóvil hasta deslizarse por la espalda del recuerdo.
Balanceo del son de los dedos 
Urgentes y susecivas en las veinte uñas.


A las puertas del terruño.

Apareces y te desvaneces
Espectro de hueso y carne
En los callejones de la pureza
En la superficie de su cimiento indestructible.

Te pierdes y te encuentras
Sin poner los ojos en el océano
Y las manos en la arena
Qué se refugian en los puntos cardinales.

Adrenalina


Aterrizaje de urgencia 
En un segundo de la vida.
Con alas vencidas y las elices rotas.
Caimos en un viento iluminado
En ningún lugar y sin dios que nos redima.
donde los campesinos cavan un remolino.

Tu no aterrizaste en el mundo y
Conocías el camino que recorrias
Hacia las rutas en movimiento de los ruidos.
En los años grávidos del espejismo.
Sin miedo a morir de sed en el desierto de tu cuerpo

Sin encontrar un atardecer firme
Sobrevolando la tundra secreta
Anochecer del panfleto
Catástrofe del día
En el agua en la que seco y mojo las letras.

martes, 16 de marzo de 2021

En marzo.

Cierras la noche
Con una lluvia de silencios.
secretos que suben.
Desde lo frío del suelo.

Por reír una vez
Antes de una carcajada
Expulsando al ídolo.
Qué despierta al mediodía.

Un tren que va por las durmientes rotas.
Sabiendo que así no cambia su sentido.

También cuando se golpea en el pecho 
El alma 
con el tintineo su camisa.
Como el hábito de un beato 
Perdido.

Del vino.


Bebe
Y escucha el respirar del mundo
De pueblos legendarios
Qué van de historia en historia

Inmóviles y desgastados
Les sobra vacío en sus entrañas

Bebe y escucha el clamor de su llegada.

Fortaleza.

Nadie me espera pero estoy llegando
El aire está ardiendo
Antes del amanecer
Fuego y hielo libre dentro de la suavidad
Del terciopelo fino que es el camino 
en el contorno suave de las nubes

El cielo se oculta y le miro
Abrazo su calor
Extravío de un hombre pequeño
A la altura del piso.
Está sano y aveces traga
Su madre le aborta 
Desde un principio en el río.
Sólo y triste 

El día es un barco de luz 
Para los que nunca han sido amados.
Densidad en las piedras de la luna
Donde se estampa un águila de plata.
Cubre con enredaderas su rostro
Sin poder ver sus alegrías
Y sin piedad.


Sepulcro.

Con la dureza de la sal
Me estiro en el techo que me mira.
Superficie de tierra envenenada
Acaricia mis contornos y me hace desaparecer
Desde el centro del mundo
En secreto y en lo oscuro
Para que el frío voraz termine
En el ojo de agua que se evapora.
Mezclándose con la aurora
Y el deambular de un carnaval de humo.
¿En qué lugar termina mi nombre
En un reguero de piedras encendidas
Con un saludo lleno de la libertad de mis pasos?.

viernes, 12 de marzo de 2021

Las horas del poema.

Un poeta incomprendido
escribe el futuro en el polvo
En el agua de su barca encendida 
Brillando escondida muy lejos de si
soñando con el sonido del mar
Encontrando un secreto de amar.

En el presente que olvida
Va dejando un una señal en la altura
Repitiendo el error de su duda
Por causas desnudas que quedan así
Descubriendo un relato final
Imperfecto principio irreal.

Es un poeta sin suerte
Qué con las manos agranda su herida
Predicando el ocaso del día
A su luz fluida y
Cansada de huir
Pierde su memoria brutal
Brota en su tinta el ritual.

Todas esa luz que lastima
Palpitando su alma en la egida 
Donde el cuerpo abandona su vida
Como un  aves prendida por un fuego sutil.
Sacrificio de un cuento terminal
En el grito de un hombre banal.

La poesía es el goze 
De su viento en las ramas vencidas
Argumento de frases vendidas
Des humedescidas por tanto elegir.
Componiendo sus ruinas de cal
En el sacrificio de un cielo abisal.


Jarabe de paso.

Delicadamente su vida se apagó
En la marea de una pandemia persistente.
Qué lo elevó como a una nube
En su último viaje decadente.

Alzó al final su voz con una sonrisa indiferente.
Al descubrir su caída hacia el abismo
Sin encontrar ofrenda en los altares
Al despertar de un sueño en el realismo
De los tatuajes del tiempo en sus asares

Hoy sus hijos están de luto
Aún con mierda en los pañales
Esperando en un rincón sin dueño
Débiles de un corazón en duelo.
Atiborrado de puñales.

Baila incontrolada la suerte
De la mano de una muerte inerte
Qué se arranca los juegos a tirones.
Qué se queda detenida en sus canciones.
Esperando para poder verte.

La verdad

La verdad se queda en la mirada
En una rendija del reproche
Se acomoda en la espuma
Se arrodilla en la noche
Su sencillez perdura
Reflejada en su escote
No detiene a la duda
Va desnuda hacia el norte
Encendida en la bruma

La realidad se queda ensimismada
Para encontrar secretos persistentes
Suele dejar sus manos sensitivas
Para arañar un sueño decadente.

Esta verdad parece olvidada
En el portal de un ser convaleciente
Sueña con abrir ventanas escondidas
Con una señal de antigua suerte.

La verdad que espera inusitada
Va tarareando su canción a media noche.
Va picoteando a la luna
En el murmullo y el odio
Para entender la lluvia
Encogida de hombros
No se queda dormida
Quemándose en la lumbre más oscura.


martes, 9 de marzo de 2021

Quetzal.

Con letras de fuego está grabado tu nombre.
Quetzal en llamas.
Belleza del infinito en el cristal del alba

Eres el que disparas la melodía
Con el antiguo instrumento de tu garganta.
Ave muda entre el espanto y la esperanza
En el contorno de un reflejo incandescente.

Punto entre los ojos y la lejanía.
Levitando entre la selva eflorecente
Alas eléctricas que descongelan la pendiente.
Resquebrajandose en su epifanía.

Aquelarre de oficina.


Acabamos desguindadolos a tirones de las vitrinas.
Y a bofetadas limpias los acumulamos en la hoguera.

El fuego en alambique humedecía nuestras retínas
Y la llamarada incandescente iluminaba la ceguera.

Entre los grandes también estaban los pequeños
Entre los más nuevos se consumían los 
Viejos
Crujiendo en armonía sobre las piedras del piso
Formando animas que bailaban al compás de las sombras proyectadas en los edificios.

Incapaces de comprender la ira
Nos adentramos poco a poco en el delirio
Aquelarre del humo entre letras encendidas 
Entretejido en lo mundano de un 
Embrujo inoportuno en equilibrio.

Recordaremos siempre aquel día
En el que nuestra hermosa transgresión
Quedó dignificada 
Petrificada en la memoria del tiempo
Qué alcanzaremos en la última hoja iluminada.


sábado, 6 de marzo de 2021

Amor etílico.

Besaba el fuego del gusano dormido.
Iluminando su lengua con el relámpago reluciente.
Chorreando su cicatriz entre las manos del calor mendigo
Bajo el embrujo del buitre y del mago impertinente.

Por la carretera iba sólo
Armado con su botella de sonidos tristes
Pidiendo un poco de madrugada y
Garabateando el rastro de su sucio alpiste.

No se da cuenta de que su rumbo se contradice.
en el amanecer de una noche que se desvanece.
Como el conjuro de un chacal de humo. en su intento de avanzar por la avenida de un desierto que desaparece.

Es una sombra que pena con los 
Ojos encendidos.
en una mirada ausente
deambular de un marinero confundido
De su carcajada en un velero incandescente.

Alcanza el sueño endurecido en las paredes
En lo mas bajo de un precipicio sin balcones.
Escalando el tiempo y alcanzando 
Amores 
En un vacío del rincón inerte.

Dejo enterrada su cabeza helada
En el remolino de su embriagues pérdida.
En el otoño de su estación ahogada
Por las burbujas de su adicción en vida.

Se despidió al despuntar el alba
Junto a la risa de un venado herido
Dejándose llevar entre los seres alucinantes
Dispersándose en el valle de su viaje ininterrumpido.
Huesos en el aire y piel en el olvido.
Sangre de un recuerdo persistente.


martes, 23 de febrero de 2021

A la musa.

Besaste el frío de mis naves congeladas
Alzando el fuego que me consumía.
Quemando el negro resplandor de la madrugada en el continuo
Amanecer de la lejanía.

Tormenta de nubes con agua salada
Elixir dorado para un bufón vencido
Ráfaga de luz en la memoria helada
Giro del Monzón en el paisaje herido.

Llegaste con un torrente de ideales
Caudal vertiginoso de tu tesitura
Cuál pájaro de fuego en la altura.
Cayendo en el fulgor de mis maizales.

Cómo en lienzos de nieve 
Pintaban tus pinceles la melodía
Brillo en el color de tus vocales.
Vértigo de la sabiduría.

La espera.


Me siento a esperarte en la arena 
Entre las piedras que se desentierran
Sueño con las sirenas de
las mareas y las tormentas 

En el sitio en donde siempre te alimenta el viento.
El largo banco de madera donde las penas se congelan.
Donde acaba la vereda.

Lluvia que escampa en las laderas
Entre las nubes más secretas.
Mirándote volar entre las cercas
De las brechas indiscretas.

Refugio del mendigo,
De los trovadores de la noche
Los hijos de la madrugada
Poesías con el enemigo

Me llevo las horas de tu estrella
Libre entre tus velas arrugadas.
Oculto en un rincón la ventolera
Qué te espera y desespera ilusionada.

Sin cura.

La misma enfermedad busca cura.
Incontrolada y en desmesura se sienta impaciente en su sala de espera.
Como si se tratara de un niño perdido

Se mantiene indiscreta saltando en los pálidos pasillos de los hospitales.
Pero eso a la gente le es indiferente
No hay quien aguante a una enfermedad tan triste.
que se desprende de un vendaval inminente.

Busca adorar al viejo ídolo
Desgarrar el blanco de sus vestiduras y las túnicas de su refugio.
Convirtiéndose en hogera de su templo.

Observando el cenote de los sacrificios en un ojo de agua que le devuelve la mirada
Poco a poco va apagando su galope
Cómo una montaña herida en el norte
Muriendo bajo su suelo desde la entraña.

Al atardecer cuando los perros ladran
Sale a pasear su madrugada
Para entender como la tormenta escampa.
Para morir con el aroma de su primer nacimiento.
Cómo un grano de arena entre tanto mar.
Como el bastón de diamante de un ciego.
Como un recuerdo de muerte
Qué se llevo nuestra primavera.


Canto para un frugal

Hablan de un hombre sin nombre
Que abandonó su razón.
En una mano llevaba el hambre
Y en la otra un corazón.
con una tan profunda herida 
Qué no lograba avanzar 
Entre su muerte y la locura 
No se dejaba alcanzar.

Él caminó en su tristeza
Como un fantasma real
Pero su sombra es incierta
Cuando alimenta el frugal
Era tan ingrato en vida 
Qué nunca pudo encontrar
Entre sus dientes la poesía
Qué no dejó de olvidar.

Cuentan que habló de belleza
De los encantos del mar
Pero en las horas perversas 
Se desangraba al llorar
Con las gotas encendidas 
Qué no dejaban mirar
En su nobleza y en la codicia
No se quedó a esperar.

Llanto del viento casi perdido
Qué no le cuesta escuchar
Viejo de mensajes encendidos de libertad
Sólo le queda soñar con un hogar sin umbral.
Sueños con peajes expedidos al despertar.
Aavanza, resa y se espanta en el parto de su verdad.

Rostro de tierra espectral
Un sentimiento ritual
Desesperanza y voz de venganza
Hombre sin funeral.


domingo, 21 de febrero de 2021

El árbol.

Soy un ser plagado de defectos
La asimetría de mi cara
La rebeldía de mi pelo
La corvatura de mi espalda.

Mi reflejo es un gemelo impuro
Con ojos de animal perdido
Qué baja la colina para revolcarse en el lodo y en la lluvia
Mis uñas son como las garras del jaguar dormido.
Majestuoso peregrino.

Es duro soportar mi compañía.
Silueta de árbol con los dedos fríos.



Tu lenguaje.

Tu lenguaje es el mensaje más puro del viento.
Lo sé por que es el que impulsa mi barca.
Libera a mis palomas en el río
Con los dialectos del alma.

Machado escribió bañándose en la tinta de su sangre.
Negando la prisión al verso de sus lineas tranquilizadoras del alba.
Panfleto de cicatriz sometido a la suerte.

Tu lenguaje viaja con la melodía
Gravitando en el vértigo de la poesía
Continuiando en un eco persistente.

Edonista.


Si un hombre mal trata a una mujer
Y descarga su furia en ella
Cansado de ser hombre por placer
Desmonta su humanidad en su miseria.

En el pecho vibrará la cobardía de sus botellas rotas.
En su alma cargará con la inmundicia de su herida abierta.
Borracho de hastío estampara su rostro
Contra el muro de la noche en sus adentros.
 
Pues no verá más rostros que el de esa mujer.
Que viajará en la retina atravez de los años.
En la urbe cotidiana de la vida al final poderosa y justiciera.
Alimentada por el calostro de la pureza cósmica.
Enloquecida por equilibrar el mundo
Sin importar la escusa.


Redención.

Acompañame Gian me pediste.
Con un dejo de melancolía.
Y sin pensarlo te seguí en silencio.
Sólo escuchando tu música estelar.
Para la ceguera de mis oídos.
Inconfesable y mundana por la
Sordera del desconsuelo.

Pude ver que ante la triste excusa 
Entendería que la fortuna me abrazaba en su dulce recuerdo.
En la invitación mas virtuosa y pura que la vida puede ofrecer a una caprichosa y mal sonada muerte.

Fue así como solté mis alas
Desvocado y desnudo hacia el vacío.
Abanderado con la timidez de tu requerimiento.
Feliz de desnudar mi excomunión.

Amanecer.

Al resguardo de la misma noche
Se concentraba en su pasión precoz
Quemaba el frío consistente en el norte
Enmudeciendo en su silencio loco con
horribles dudas de continuidad.

Casi cansado de su cruel derroche
Iluminaba al corazón el sol
Llevaba el río su impaciente goze 
Atormentando su inocente rose
Agonizando en fuga de su fragilidad.

Vuelve hasta aquí entonces y
Quédate tambien
Puedes hallar el canto de tu renacer
Viaja hasta mi y llueve en mi necesidad
No desperdicies sueños con la vanidad
Vuela hasta aqui y sueña con tu libertad.
Debes cambiar el filo de tu realidad.

Buscaba el brío de su infantil galope
Descontrolado en su valiente ardor
Besando al lirio en un ardiente golpe
Armonizando a la convaleciente pose
De provincia hundida en su necesidad.

Duelo sin fin y muere sin poder hablar
La incontrolada duda de su humanidad.
Triste arlequín que mueve su invisibilidad.
Quiere saltar al filo de su realidad.

Cae hasta aquí y vuelve a disimular
Sin descansar al triste amparo de su caminar.
Vuela hasta mi y llueve sobre mi ciudad
Hay que dejar un rastro de complicidad.

La villa rica.

La avenida del bulevar siempre me contamina.
Con los neones de sus vivos bares y sus aromas de cantina.
Recorren los espectros de una noche con sus ninfas vespertinas.

Sus portales me recuerdan a la Habana.
Lenguajes de un sonido exótico.
Elegantes figurantes silenciosos
Qué contrastan con el son de su explanada a la deriva.

De norte a sur en tus calles oxidadas
El ladrón, el beato y las prostituta coinciden en su comedia desconocida
Circo de uñas enjoyadas y de payasos
Tristes bajo su carpa estelada y descolorida.

Burbujas etílicas que se levantan
Las pupilas de mis ojos se dilatan
Como un niño ilusionado con la luna
Y por la mueca de una sirena intoxicada.

Los domingos por las tardes comienza su metamorfosis.
Bajo el amparo de las campanas de un templo en la última misa. 
Por la obesidad de sus palomas amontonadas junto a los cajon de los bolradores.
Y por la ingenuidad de los ciegos que buscan la música en tu brisa.

Malecón de una marimba viva
Qué revienta con bailarines la madrugada.
Vómitos del trovador en las esquinas 
Hombres y mujeres transgresores
De algunas noches olvidadas

Arpones y anzuelos afilados en las esquinas son los carteles de tu puerto trágico.
Hogar del malabarista submarino perseguidor de la moneda
Qué se acumula  con la sal en los bolsillos de su camisa.
Con el humo del alquitrán y con el vicio que precisa.

No renuncio a tus noches de bohemia
No reniego de tu desventura
Pero el abogado de mis errores en la vida
No hipoteca mi adicción a tu locura.

Volveré con la mente más tranquila 
Con el aval de un padrino de la noche
Para rozar tu vértigo de locura 
Bajo la sobriedad de mi derroche.















La catedral hundida.


En la catedral que acaricia las nubes
Descarga su ira
Por descontrolar su semblante inocente 
Se deja llevar.

Atravez del tiempo relata su abismo en las almas pérdidas.
Qué sobradamente amanecen bailando a la orilla del mar.

Pasos que pesan los años 
Anuncian al viento su suave lamento
De piedras vencidas en sal
Santos y viejos encantos cubrieron sus templos tapando el recuerdo de un sentimiento con cal.

Cantos de lluvia dejan volar
Al risueñor escarlata.
Restos de luna bajo el cristal
De un corazón de hojalata
Se hunde en la hierba y vuelve a soltar
Todo el calor de un sueño
En su caricia permanente y en una lágrima pendiente de existir.

Arde la luna y vuelve dejar
Su risueñor en la plaza.
La diosa fortuna espesa el ritual
De sus escarchas de plata
En las mareas quiere bailar 
Arrebatando al viento su silbido permanente en la rústica simiente de elegir.


Crepúsculo.

Luz delgada y amarilla
Camino de mi rendición.
Luz que emana de las cortinas
Destino de una distracción
Rumbo herido y olvidado
Buscando lo soñado en su contradicción

Luz quemada e infinita
Secreto de su dimensión
Luz compacta en la vitrina
Reducto de mi perdición.
Sur del grito iluminado
Pantanos anegados por la sublevación
Sol de llama incandescente 
Brillando eternamente en su constelación.

Luz radiante en la cocina
Silueta de tu camisón
Desnudes que avanza y que camina
Rencuentro de mi devoción

Luz inquieta y retenida 
En los rizos de tu vida
Resbalando hasta tus rodillas
Exilio de tu bendición.

Cae la sombra en su aliento
Llenando desde el centro su determinación
Como tus cantos afilados 
Compás desafinado 
De una renunciación.

Luz silbante y adivina
Ventisca errante de mi nubarrón.
Te quedaste confundida en la lluvia constante de mi callejón

Luz semblante que fascina
Vibrante y reprimida 
Testigo de mi perversión.













sábado, 20 de febrero de 2021

Mañana piensa en mí.

A los veintisiete años 
Al sol de un otoño en un barrio perdido
En mi trayectoria un hijo me alcanza
Sobre mis hombros miro de reojo.
Es su nombre sonido del tiempo en mi bendición.
Es su suerte un destino desierto en su dirección
Un coro vivo que canta al compás de su gloria.
Un aullido simple por la canonización
Sentido de mi trasgresión.
Sentido de mi excomunión.

Debería entender
Qué el pasado no importa y que siempre le esperaré
Pues en el momento de medir la memoria en la balanza mortal del equilibrio
En la cordura de encontrarme a mí mismo.
Agotando el valor y el cinismo 
Me vuelvo a querer
Y te vuelvo a perder.

No me arrepiento de contar mi historia
Ni un solo lamento a mi alma tortura
Pero si he querido hacer memoria al contar
En el que un día te deje perdido
Y me amaste a pesar del deliro
Llevandome en otra dirección
Rescatando el amor del futuro en tu dimensión.

Solo quiero pedir al guardián del camino
Qué me mantenga vivo para estar contigo
Y asi verte llegar vestido de orgullo.
Con mis derrotas volver al destino
Para que tus hijos sientan lo mismo
Alejando la razón del destino que
Muere sobre su mantel

En el papel ancestral del optimismo.
Qué no quiere ver
Qué no puede entender.

Zalamera.

Llegaste cuando menos te esperaba
Chatita y redondeada.
No sabía cuánto te necesitaba
No sabía cuánto te amaba.

Verso de amor como el gatito dormido.
Dulzura infame la tus manitas inquietas
Enterradas por siempre en mi pecho.
Restregando los pies en el nido.

Siempre fuiste risueña
Hasta cuando el dolor más te amedrentába.
Uñas de niña afilada que se arrebatan con el viento.
Danza de abeja ilusionada que no deja de brillar aunque se acabe el día.

No es invisible el amor que te profeso 
tenue zumbido en el viento.
Interminable como el tiempo.

No es imposible agotar al día
Nunca se acaban los ingredientes de tu ungüento 
Aveces la canción no está escrita 
Pero imaginas su secreto.

Sin tu risa mi vida queda constelada 
Detenida en el salvaje rizo de mi memoria helada, carente de sentido.

Voy a vivir para admirar tu historia
Voy a morir para vivir tu gloria




Realidad santificada.

Cuando la historia hable en silencio
De lo que sabe que se le escapa
Saldrá para ensalsar su sentimiento
A descubrir lo que le delata
Lo que el frío dejó muerto
Lo que en sus pasos le sobraba
Palabra de una voz en el secreto
Buscando definir una palabra.

Le queda una ilusión endurecida
A la que no supo entender en su momento
Le sobra una oración enmudecida
A la memoria de un corazón y de un juramento.
La historia de un amor que suelta sus alas.
En la importante verdad que versa el lamento
La espera de una razón cada día.
Para que siempre se pueda ver un sufrimiento.

Historia en un rincón que sufre en la noche
En la que cruda realidad que vive asustada.
Le queda una canción con el canto a la muerte.
Para que el mundo pueda saber cómo ser
Escuchada.
Palabras con dolor que siguen su suerte
Qué nos invitan a mantener en los ojos la mirada.
Reflejo en el color de los momentos
Qué se proyecta en sus páginas inmaculadas.









Horizonte.


Levantaste los brazos al caer 
En los ríos de sangre contaminada
Nadie pudo detener los sonidos  
De tu lucha esperanzada.

De la vida hay que aprender
Después de resolver las condiciones
Las convicciones.
De tanta lucha hay que entender
Qué puedes deshacer los horizontes que puedes ver.

Piratas de la luna 
Perdidos en la bruma
Anclados al poder, dejándose vencer 
Luchando en las guerras
Rodando entre la hierba
Buscando resolver lo que no puede hacer.

Me desperte al comprender
El sentido de una vida adoctrinada
culpable de perder el destino
De la memoria olvidada.

En tu sueño puedo ver
Los tiempos del poder
El resplandor de los balcones
El sonido del saber que no se puede detener
En cada golpe en cada ser.

Trasiende en la penumbra
Su mundo se derrumba 
Para poder tener lo que debe tener.
 











La multiluminaria.


De todas las flores naturales.
Son tus petalos los que vibran con el rocío.

Los rosales contrastan con la constelación en la vitrina estelar de tu vacío.

Difícil de olvidar es tu miserable belleza.
La que se agita en el aire con insoportable rigidez e inquebrantable nobleza.

Belleza que se esconde en el sonido sensual de sus velas en la Inevitable lucidez de hondas de su efímera naturaleza.

Jardín silvestre del que eres multiluminaria 
En el camino agreste de un trágico arrabal.
Y de tus mil y una suertes 
Abstraes tus pistilos al sol del lupanar.

Pequeña y arisca niña sin país.
Viajera del suelo que encontraste uno en ti y solo en ti.

No será suficiente echarte a dormir.
No será suficiente la asfixia de viento
Y en la interminable solidez de tu muro de lamentos
Vas comprendiendo tu razón de existir.