domingo, 21 de febrero de 2021

Redención.

Acompañame Gian me pediste.
Con un dejo de melancolía.
Y sin pensarlo te seguí en silencio.
Sólo escuchando tu música estelar.
Para la ceguera de mis oídos.
Inconfesable y mundana por la
Sordera del desconsuelo.

Pude ver que ante la triste excusa 
Entendería que la fortuna me abrazaba en su dulce recuerdo.
En la invitación mas virtuosa y pura que la vida puede ofrecer a una caprichosa y mal sonada muerte.

Fue así como solté mis alas
Desvocado y desnudo hacia el vacío.
Abanderado con la timidez de tu requerimiento.
Feliz de desnudar mi excomunión.

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