jueves, 11 de febrero de 2021

Oda al cocinero.

Trague del cenicero
Sentado sobre mis pies ennegrecidos
Como un esclavo del movimiento
Bailando al son del mango del camarero.
Vi el destello de las cucharas de acero
Inertes testigos de mi deambular risueño
Adicto a las circunstancias desde la cuna al infierno de la triste escusa
Trabajo inerte que se refleja en la afilada nariz de la cocaína
Qué amontona de vajillas la escalera.
Manchando las cortinas.
Prueba del aguacero tan salado como dulce.
Embriagado por el cáliz del vinagre de vino 
Actor sin quererlo de un escenario falso pero tangible.. 
Repleto de comensales que se atiborran en el vértigo de las sillas.

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