Para entrar en la realidad que me empuja
En mi sangre la tempestad de las noches
Retenía la melodía como fotografías oxidadas.
Igual que las líneas de una montaña helada
El blanco de mis cuerdas que lloraban
En el portal de un sentimiento herido
La ráfaga húmeda de la poesía.
Vuelvo tras una tempestad de palabras
Para tu equilibrio ofendido por el suelo
Cuando existen las aves de fuego y cristales
Aunque hojas y plumas sean dientes
Como las mareas y las costas boreales
Gritan con el ruido y la ternura
Versos que busco y no encuentro
Palabras inquietas
Sin ser, sin estar , desaparecidas.
A ras del suelo
Nunca llego ni estoy
Hasta el mar eléctrico de tus labios.
No hay comentarios:
Publicar un comentario