Me veo caer en la oscuridad de la luz
Y me da miedo morir en el verano.
Ni las aves del infinito con toda su velocidad pueden encontrar mi nombre
En la nueva necesidad de mis latidos
Entre las ramas de un huracán invernal.
Con la virtud natural de las mareas
Muy por encima del flujo boreal de las ballenas.
Sólo sigo las marcas de mi nombre
Sellados en la frente de un loco sin luna
Como un sueño que me imagina.
Demasiado lento como para correr.
Me voy
Entre todos vendieron mi suerte
Y tú avanzas con tu barca flotando
Con tu corazón de niña al horizonte.
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