Sobria por las sombras que se enredan en sus brazos
Ruidos en la nocturnidad dulce y transparente
Cerrando el camino entre la bruma y la espuma.
Sangre de un sol y de una luna.
Música para las gotas plateadas
En un silencio de abajo.
Fuera del suelo que deja a su suerte.
Y se eleva como un fantasma que sube la escalera.
Como el hilo de luz en la enredadera.
Tirando la semilla al fuego.
Diosa de todo y de nada
Qué escupe mi sangre en su sueño
Cuando recuerda su suave sombra en la lanza.
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